México: Estado Criminal
Atziri Ávila
Nueve ejecuciones en Nochixtlán, Oaxaca, desapariciones y detenciones arbitrarias fueron el resultado de la represión a la movilización de docentes en defensa de la educación pública. Sangre de actores sociales que se enfrentan a la pérdida de derechos del pueblo. No son los únicos, son los últimos que estremecen a nuestro continente latinoamericano.
Nueve ejecuciones en Nochixtlán, Oaxaca, desapariciones y detenciones arbitrarias fueron el resultado de la represión a la movilización de docentes en defensa de la educación pública. Sangre de actores sociales que se enfrentan a la pérdida de derechos del pueblo. No son los únicos, son los últimos que estremecen a nuestro continente latinoamericano.
Las ejecuciones de civiles por parte del Ejército en Tlatlaya; los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa y la ejecución de otras seis personas más en esos mismos hechos; la sangría constante de los feminicidios, la represión en Atenco, Xohicuahutla, Cherán, el Istmo de Tehuantepec por mencionar algunos ejemplos de la violencia estatal ejercida contra quienes defienden su territorio; el asesinato y las agresiones sistemáticas contra periodistas y defensores y defensoras de los Derechos Humanos son algunos de los hechos que se encadenan para hacer manifiesto un modo de actuar del Estado Mexicano que lo convierte en criminal.
Criminales son sus métodos de represión a la protesta social, criminal es la forma en que protege los intereses sectoriales del capitalismo y criminal es la forma en que deja a la intemperie a quienes intentan develar sus pactos con el crimen organizado y la corrupción.
Desde Maricá, Brasil, reunidos y reunidas en el Festival internacional de Utopías -a la vez que nos construimos otros realidades, formas de vida y horizontes- comunicadoras, periodistas, activistas, artistas y defensores de los Derechos Humanos de América Latina denunciamos a México como un Estado Criminal que viola el derecho fundamental: La vida.
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