El bloqueo aéreo a Venezuela


Simón Andrés Zúñiga
ALAI AMLATINA

 Al presidente venezolano Cipriano Castro lo bloquearon buques de las grandes potencias, al presidente Nicolás Maduro lo bloquean los aviones de las grandes compañías aéreas.

En ambos casos, la acción bélica era justificada por reclamos de pagos de deudas y reclamaciones pendientes. En ambos casos, en realidad la acción no era contra los presidentes Castro y Maduro, sino contra los pueblos y la soberanía nacional. Cipriano Castro pudo haber sido un caudillo con suficientes defectos para pasar al olvido histórico, pero su imagen fue inmortalizada por aquella frase que se le atribuyó: “La planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria…”

Lo que vienen haciendo las compañías aéreas debe motivar una investigación por parte de los poderes que tienen que defender la soberanía, es decir al pueblo. ¿Qué están haciendo las compañías aéreas? ¿Cuál es el modus operandi de estos corsarios?¿Qué autoridad nacional le dio la patente de corso?

En primer lugar han decretado un bloqueo tácito. No se pueden comprar boletos, desde Venezuela, que tengan un origen en otro país. Una gran victoria que obtuvieron las líneas aéreas en esta batalla, fue que impidieron la celebración del VI Foro Internacional de Filosofía que se debía celebrar el pasado mes de septiembre. El Ministerio de la Cultura no pudo comprar los pasajes de los invitados. Si una institución quiere traer del exterior a un docente o a un investigador, para que participe en un evento, las líneas no le venden el pasaje desde hace más de 6 meses.

En segundo lugar, ordenaron a sus operadores locales a cobrar la tarifa máxima de los pasajes. Mucha gente no sabe, que los boletos tienen tarifas para un mismo pasaje (tanto en clase turística como en clases ejecutiva) que van de los más barato a los más caro. Dependiendo de la temporada y de su propia estrategia de mercadeo, la línea puede jugar con estos precios. Pues ellos, con la complicidad de la autoridad que debía aprobar este aumento, están cobrando la tarifa máxima para todas las rutas. Ir a Bogotá puede costar cerca a los 2.500 dólares, al cambio oficial.

En tercer lugar, participan activamente en la guerra económica, manipulando, chantajeando y mintiendo. Desde principios de año vienen diciendo que sólo están cumpliendo con una resolución de CADIVI. Lo cual se demostró que era mentira. Pero cumplieron con su objetivo, que es el objetivo de la oposición: lograr que el malestar de todos se descargue contra el Gobierno.

Mientras los diputados, militantes del PSUV y demás burócratas se concentran en la próxima elección, se lleva a cabo una de las acciones de sabotaje económico internacional más importante desde que el Cabito tuvo los cojones de enfrentar a aquellos corsarios.

Todavía los historiadores discuten si fue un bloqueo o una acción de guerra…

La profesora Carmen Bohórquez, tuvo la dignidad de denunciar esta acción calificándola en su justa medida: bloqueo de guerra. Su apreciación fue pedagógica: “Sin duda que esto forma parte de la guerra económica y del intento de aislamiento que la burguesía internacional, siguiendo instrucciones del Norte, ha desatado contra el proceso bolivariano”

La denuncia la hizo una de las intelectuales con que cuenta la revolución, la defensora histórica de Miranda. A esta denuncia, le siguió un estruendoso silencio del resto del Gobierno y de los poderes encargados de velar por la institucionalidad patria.

No puede pasar impune esta grave acción. La Asamblea Nacional debe iniciar una investigación. Este no es un asunto de un solitario Samán.

Una simple auditoria demostraría cómo las compañías aéreas, que reclaman dólares, han obtenido ganancias extraordinarias estos últimos años, aprovechándose que, hasta principios de este año, reinó una irresponsable conducción en el control del cambio.

Las agencias de viajes, unos de los sectores afectados están dispuestos –y deben- colaborar con la investigación.

Se debe determinar quiénes son los responsables, dentro de la burocracia pública, que permitieron –por negligencia o por complicidad- este abuso.

Es una oportunidad por parte del Gobierno de unir a parte de la población, que actualmente le adversa, en contra de un enemigo común.

- Simón Andrés Zúñiga es Economista Venezolano, Sociedad de Economía Política Crítica (SER)

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